Continuando con la bonita tradición que quise inventarme en este espacio, hoy doy la continuación de la historia “Signos de Navaja” en la que tuve oportunidad de colaborar para su segunda entrega.
En esta ocasión el tercero en hacer aparición es Adrián González Camargo, que ha probado su talento en muchos lares: desde el cine hasta la radio con sus reconocidas escalas en el terreno de las letras. Su participación en esta trama, le dio un vuelco por completo a la historia que Abraham y yo dibujábamos en las dos primeras entregas y la claridad en el destino de Andrea, nuestra protagonista, se volvió más enigmática.
Y el broche de oro, la cereza del pastel, la puso Ricardo Pérez Gutiérrez, otro entrañable compañero y amigo de estas andadas, a quien tuve la fortuna de conocer a través del Diplomado en Creación Literaria que prácticamente hace ya un año, reunió las cabezas llenas de ideas de personas increíbles (sí, lo seguiré reiterando porque la experiencia fue maravillosa) y ávidas de explorar la escritura.
No tiene caso que me ponga a profundizar en más porque el chiste es que lean la montaña rusa que ayer concluimos. Vale la pena, no lo duden.
Nuevamente agradezco muchísimo la oportunidad y confianza con la que Gerardo Farías me pidió contribuir con esta historia, a mis compañeros de trama: Abraham, Adrián y Ricardo por enredar nuestras palabras y construir este texto y a todos los que lo siguieron en el periódico, por redes sociales y por este blog.
Espero con ansias los Entramados que sigan y nuevas oportunidades para hacer trabajos tan gratos como éste.
[Ahora sí, córrale por una tacita de café o té de su preferencia y prepárese a conocer el desenlace de los “Signos de Navaja”]
Muchas gracias por este espacio dentro de tu Blog querida Xo. Pronto trataré de aprovecharme de él. Un abrazo con mucho cariño. Y que siga la escribidera.
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